Comunicación saludable

Escuela Nº 1-500 "Combate de Picheuta"

Los Alumnos trabajaron sobre el Sistema Fonador y toda la información la expresaron a través de mapas conceptuales:



Consejos para el cuidado de nuestra voz:



Contaminación de la voz:





Sistema auditivo

El ruido en el aula afecta el oído
Numerosos estudios certifican que el exceso de ruido en centros educativos tiene graves consecuencias para alumnos y profesores. El agotamiento, el estrés y las patologías de la voz son los problemas que padecen con mayor frecuencia los docentes como consecuencia del ruido. De la misma forma, en los alumnos el ruido perjudica su rendimiento escolar ya que dificulta los procesos de atención y aprendizaje.
La mayor dificultad para aprender repercute en todos los alumnos y, mucho más, en el caso de aquellos alumnos escolarizados en una segunda lengua y de los niños que presentas problemas de vías respiratorias altas (p.e. catarros), otitis, dificultades de atención y/o problemas de audición.
Es importante recordar que distintas investigaciones sugieren que entre el 30 y el 40% de los alumnos de primaria tienen grados mínimos de pérdida auditiva permanente o fluctuante que pueden afectar negativamente la escucha y el aprendizaje.

Tres problemas que se agravan
La contaminación acústica en los centros educativos es la suma de tres problemas que se agravan entre sí. El primer factor es el ruido procedente de fuentes externas (calles, obras, tráfico, etc.) Eso hace que el volumen de voz de alumnos y profesores se eleve creando el segundo problema, y por último, el tercer factor que incide en las aulas es la reverberación: el efecto producido por los rebotes de la onda sonora en paredes, piso, techo y todos los objetos del aula, que hace que el alumno no sólo reciba el mensaje hablado en forma directa, sino innumerables copias de ese mensaje, fruto de la reflexión sobre paredes y objetos del recinto.
Este eco, reverberación, tanto de la voz como de cada sonido que se produce en el aula, puede evitarse con la adopción de sencillas y económicas adaptaciones del entorno; el ruido que se genera durante las clases puede mitigarse mediante la aplicación de medidas educativas y sensibilización sobre la contaminación acústica.
Desde la asociación Clave —que tiene como objetivo la mejora de la calidad de vida de las personas con problemas de audición— consideran que hay que llamar la atención sobre la importancia de la educación para combatir la contaminación acústica. Es necesario promover talleres de concienciación sobre la contaminación acústica: conducta, cuidado de materiales y normas de comunicación.



Los ruidos afectan a los chicos y profesores
En las escuelas el ruido depende del proceso de enseñanza que se sigue para explicar y enseñar los conceptos. Actualmente la enseñanza hace que los alumnos aprendan y trabajen de manera autónoma, no como antaño donde todos callábamos y escuchábamos las lecciones que nos dictaba el profesor. La imagen del profesor como un canalizador de información se ha desvanecido y ahora es más un incitador para que los alumnos experimenten, creen grupos de trabajo e interactúen entre ellos para aprender.

En las aulas de los colegios se juega mucho y se estudia poco, con lo que el nivel de ruido ha aumentado considerablemente. Y con ello han aumentado las reacciones fisiológicas de los alumnos y de los profesores.

Presentamos una serie de gráficos de un estudio alemán realizado por la Universidad de Bremen donde se nos muestran diferentes correlaciones con el pretexto de demostrar que el ruido es el peor agente estresante de las aulas. El estudio se ha realizado en diferentes colegios con diferentes condiciones acústicas. El valor acústico más importante para definir el estrés del ruido en las aulas, es el del
tiempo de Reverberación (TR).

El estudio nos muestra que para un TR de 0,4 segundos, los alumnos y los profesores tienen menos estrés que con los valores de 0,7 a 0,9 segundos, que son los valores que tiene la normativa alemana. En nuestro país los TR de las aulas están muy por encima que los alemanes. Un aula española puede tener tranquilamente TR de 1,1 segundos, el doble de lo que recomienda este estudio.

La mayoría de las normas internacionales recomiendan unos niveles de TR de 0,6 segundos dentro de las aulas. Una reverberación que hace que el mensaje del maestro sea escuchado nítidamente por los alumnos. Cuando tenemos valores superiores a 1 segundo el mensaje se va haciendo más difícil de comprender y con valores altos de 1,5 segundos hace falta mucha atención por parte del niño para que entienda el mensaje.


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